La empresa Cerámica Collet S.A. conmemora el 150 aniversario del inicio de su actividad en 1874, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Esta historia, la de Can Batllori-Cerámica Collet, ha perdurado hasta la actualidad tras un siglo y medio fabricando barro para cerámica.
La familia Batllori-Collet proviene de una larga saga de alfareros de Sants. En 1874, Mariano Batllori Juvert construyó una casa, un horno y un obrador de alfarería en L'Hospitalet de Llobregat, para que su hijo, Josep Batllori Munné, continuara con la tradición familiar. Sin embargo, la muerte prematura de Josep en 1895 dejó la alfarería en manos de sus dos hijas, aún menores de edad. La empresa fue gestionada por un consejo familiar hasta 1917, cuando la hija mayor, Francisca Batllori Saumell, asume las riendas de la empresa.
Durante la primera mitad del siglo XX, la actividad artesanal se fortaleció con Calixto Collet Collet, marido de Francisca. Con una sólida formación artística, Calixto impulsó la empresa con una apreciada producción de cerámicas utilitarias y ornamentales para construcción y arquitectura, que se anunciaban como “Especialitat en tubos de totes dimensions, fets a màquina. Cairons i Trenca-aigües vernissats de varis colors. Tubos patentats, marca “Ideal”, vernissats per dins i fora. Models en terra Cuita, per a la construcció de façanes de totes menes” (especialidad en tubos de todas dimensiones, realizados a máquina. Baldosas y rompe-aguas barnizados de varios colores. Tubos patentados, marca "Ideal", barnizados por dentro y fuera. Modelos en terracota, para la construcción de fachadas de todos tipos) (revista L’Esguard, 1929). Las cerámicas de “Can Batllori” se convirtieron en referentes en el sector.
Al estallar la Guerra Civil española (1936), la empresa fue colectivizada. Los empresarios fueron expulsados bajo amenazas y los obreros que formaban parte de los comités de control se hicieron cargo de la actividad. Posteriormente, las instalaciones fueron incautadas por la Generalitat para fabricar munición de guerra. En 1938, se produjo una gran explosión y la fábrica se incendió. En 1939, la fábrica sufrió nuevos destrozos por los bombardeos en el municipio. Al finalizar la guerra, con las instalaciones totalmente destruidas, Calixto Collet consiguió la financiación necesaria para reconstruir la fábrica y reanudar la producción. Tras una década de grandes dificultades, Can Batllori pudo recuperar su posición competitiva en el contexto de las fábricas de cerámica de la comarca del Barcelonès.
En los años 50, Rodolfo Collet Batllori, hijo de Calixto y gran innovador, asumió el liderazgo de la empresa y orientó la fabricación hacia productos complementarios para la construcción, invirtiendo en los procesos productivos y logísticos para satisfacer las necesidades del “desarrollismo” español del momento. La empresa pasó a llamarse “Cerámica Collet”. En 1965, debido a la fuerte presión demográfica en los alrededores de Barcelona, la fabricación del barro se trasladó a una nueva planta en Esparreguera.